Las máscaras tradicionales mexicanas tienen funciones rituales, artísticas y religiosas. Dado que la mayoría de las poblaciones tienen santos patronos venerados en un día específico del año, existen innumerables festivales donde se emplean máscaras y que combinan las tradiciones cristiana e indígena. Estos festivales incluyen con frecuencia los desfiles y teatro callejero. Estas máscaras son talladas en madera, pintadas a mano y con ornamentos de ixtle, cuerda, cuernos o dientes animales.
Tenemos que las primeras máscaras encontradas datan de las culturas prehispánicas. Principalmente se tienen amplios hallazgos de las máscaras de los mayas, sin embargo se tiene la fuerte suposición de que los mayas al haber adoptado parte de su idiosincrasia y creencias religiosas de la cultura madre olmeca, también adoptaron el uso de la máscara. Tenemos por ejemplo el uso del jade para su fabricación, siendo este el material más apreciado por los mayas y las culturas posteriores, llegando al grado de tomar tintes poéticos entre los mexicas, los cuales lo veían como representativo de lo sagrado o sinónimo de belleza pero igualmente efímero.
La máscaras encerraban profundos secretos y significados, relacionándose en su esencia con la dicotomía entre el hombre y el cosmos, siendo que el primero es un personaje activo en la creación del segundo, Esto sale del relato del Popol Wuh, en el cual se cuenta que los dioses crearon al hombre para que pudiesen rendir culto y reconocimiento a sus creadores, por lo cual les dieron conciencia e inteligencia en forma de entidades anímicas que se alojaban en sus cabezas “pol” y en específico sus rostros “ich”, por lo cual las máscaras representaban la fuerza vital de dichas entidades, regalo de los dioses. Por otra parte el hombre tenía siete orificios para percibir la realidad (dos auriculares, dos nasales, dos oculares y uno oral). A través de ellos podía percibir tanto las virtudes como los defectos de la misma, pudiendo decidir entre servir a los 13 señores del cielo o los 9 señores infernales. Por ello, las máscaras “k´oh”, siendo una prolongación del rostro o un receptáculo de la conciencia humana, le permitían a su portador adquirir los atributos o la personalidad de la entidad que representaba la misma.
Las máscaras fueron una herramienta central del teatro evangelizador en la Nueva España, pero los indígenas las incorporaron a sus tradiciones, haciendo de su fabricación un ejercicio escultórico mayor, además de dotarlas de significados mágicos, satíricos, bélicos, eróticos, didácticos.
http://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A1scaras_mexicanas